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La importancia de conocer nuestro terreno

17-03-2022

La historia nos demuestra desde hace milenios como una buena o mala calidad del suelo condiciona la existencia o no de una sociedad, así por ejemplo hace ya más de 4000 años la gran fertilidad de las orillas del Nilo gracias a los sedimentos dejados por frecuentes inundaciones propició la aparición y sustento de la sociedad egipcia; mientras que por ejemplo en los años 30 en la región de Dust Bowl, los granjeros a emigrar a otros estados debido a la mala calidad del terreno provocada por numerosas sequías.

Esto ya nos da una idea de lo importante que es controlar la calidad de nuestro suelo; pero ¿qué implica exactamente este concepto? ¿qué es exactamente la calidad de un suelo o terreno?

Para responder a esto, lo primero que quiero es crear en el lector la conciencia de que el suelo es una capa material que da soporte a la vida, pero esta es muy delgada y frágil, pues está expuesta a la influencia de una gran cantidad de fenómenos. Atmósfera, corteza y suelo interactúan constantemente y proporcionan a las plantas y animales los recursos necesarios para su supervivencia. Los seres vivos necesitan una temperatura adecuada, oxígeno, agua, carbono, y otros nutrientes. Todos estos y más factores se intercambian con el suelo, normalmente en ciclos que minimizan las perdidas y favorecen la recirculación de los mismos.

 

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  • Temperatura. Las plantas crecen mejor en ciertos rangos de del suelo. Por ejemplo, las mayoría de las raíces de plantas de climas templados cuando la del suelo está entre 4-10 ºC; los pastos frenan el crecimiento a aproximadas a 29º, etc.

  • Agua. Esta raramente se queda en un solo sitio durante mucho tiempo, encaminándose siempre hasta la siguiente fase del ciclo • Carbono. Este se sintetiza a partir del CO₂ atmosférico y gracias a la energía del sol que recogen y utilizan las plantas en un proceso llamado fotosíntesi, a partir del cual obtenemos carbono “orgánico” en forma de azúcares.

  • Nutrientes. Los nutrientes de la planta también tiene su ciclo en el suelo. Tenemos 2 tipos de ciclos en el suelo; por un lado, está el ciclo del nitrógeno y por otro los ciclos minerales.

  • Almacenamiento en el suelo. En estos intercambios el suelo almacena temporalmente recursos que posteriormente pueden ser usados por las plantas.

Por todo lo visto anteriormente podemos concluir que el suelo tiene una importante misión de almacenamiento y reciclaje de recursos necesarios para el correcto desarrollo de las plantas.

Una planta depende del suelo para que le suministre 4 necesidades esenciales: Una zona de anclaje, agua, oxígeno y nutrientes. Aparte de todo esto, uno podría preguntarse ¿cómo se constituye el suelo?, ¿cuál es su estructura?

El suelo está formado por partículas sólidas, entre las cuales hay espacios de poros que contienen gases y/o agua. Esta combinación de partículas sólidas y espacios o poros se denomina matriz del suelo, donde tenemos 2 fases (sólido, líquido y gas). En general se suele considerar que el suelo está formado por aproximadamente un 50% de material sólido (45% partículas minerales y un 5% de orgánica) un 25% de agua y un 25% de gas. La proporción de estas 2 últimas depende enormemente del clima de la zona, la densidad vegetal y radicular del terreno, etc.

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Vale, perfecto, ya conocemos un poco como es la estructura del suelo y que aporta a las plantas, pero ¿qué importancia tiene? ¿Porque me interesa a conocer su estado?

Porque las personas que habitamos la superficie de este suelo le damos a este diversos usos que dependen enormemente de las características de este; así por ejemplo:

  • Uso agrícola. Referido al empleo del suelo para la producción de comida, fibra, madera y hasta plantas ornamentales. Todas estas requieren de un equilibrio de nutrientes en nuestro suelo, pues un desequilibrio es este puede ocasionar un mal crecimiento, aparición de enfermedades e incluso la muerte de la planta, por lo que el control de las características básicas del suelo que influyen en la nutrición y crecimiento de la planta es esencial para conseguir la mayor relación Productividad/calidad de la misma.

  • Uso no agrícola. Aquí se engloban los usos en construcción, ingeniería, cimentación, carreteras, eliminación de residuos, etc. En este caso nos centraremos más en las propiedades físicas de la planta y en la constitución química que repercute en la mejora de estas propiedades. Al final, como uno puede observar si ha llegado hasta aquí es que si queremos asegurarnos de que nuestro proyecto, sea este a nivel ingeniería, construcción o para uso agrícola, el conocimiento de las propiedades fisicoquímicas del terreno es esencial

 

Recordar que en laboratorio poutas somos especialistas en el análisis de tierras y suelos, donde además de realizar el análisis oportuno os damos los protocolos de actuación necesarios para hacer las enmiendas que vuestro terreno necesita. Además, tambien somo expertos en el análisis, control de calidad y asesoramiento en la producción de bebidas, por lo que os animamos a consultar sin compromiso cualquier duda que tengaís.

Por último, no dudes en leer las noticias de nuestro blog si quiere aprender más sobre todo lo que tenga que ver con el correcto muestreo de distintas matrices que quieras analizar (vino, agua, sidra, etc)

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